Consejos para la redacción del sermón


Introducción


Una de las preguntas más comunes en esta etapa del estudio de la homilética es cómo desarrollar un bosquejo de sermón. Algunos predicadores pueden discernir los puntos principales de un texto y medir su impacto para hoy, pero no logran desarrollar sus ideas y terminan ofreciendo sermones tan breves que dejan confundida a la audiencia.

Aquí ofrecemos consejos prácticos sobre la elaboración y el desarrollo del bosquejo del sermón. Nuestro objetivo es ayudar al lector a redactar bosquejos bien elaborados, donde se escriba toda la introducción y toda la conclusión, y que contengan suficiente información para poder predicar cada punto y cada inciso con precisión.

Conceptos


El proceso por medio del cual se prepara un sermón tiene cinco fases, que pasan a explicarse a continuación:
1. La invención: El proceso comienza cuando se escoge el tema a tratar.

2. La disposición: Continúa cuando se elabora el esqueleto del bosquejo del sermón.

3. La elocución: Se determina el estilo y se escogen las imágenes que han de usarse para desarrollar el sermón.

4. La memoria: La persona que va a predicar se prepara para presentar su sermón, terminando el bosquejo o escribiendo el manuscrito. Además, repasa el contenido del sermón y memoriza sus puntos principales.

5. La entrega o presentación del sermón: El proceso concluye cuando se presenta el sermón ante una congregación en el contexto del culto cristiano.

Puede emplear las siguientes técnicas para comenzar su sermón:

1. Cuente una breve historia; puede ser tanto una anécdota personal como un episodio histórico.

2. Explique el contexto histórico del pasaje que va a predicar.

3. Comente brevemente los textos bíblicos que preceden a la porción bíblica que ha de exponer.

4. Haga referencia a un tema o un episodio de actualidad.

5. Describa una escena literaria, de una película conocida o de un programa de televisión.
El cuerpo o desarrollo del sermón debe elaborarse siguiendo algunos de los «procesos retóricos» tales como la narración, interrogación, ilustración, aplicación, argumentación, exhortación, definición, interpretación, descripción, ejemplificación o la comparación.
 Puede rematar su sermón haciendo una de las siguientes actividades:


1. Resuma las ideas principales que ha presentado en su sermón.

2. Exhorte a la audiencia a participar activamente en algún aspecto de la misión de la iglesia.

3. Narre una historia que ilustre algunas de las ideas principales del sermón.

4. Haga preguntas generadoras, que lleven a la audiencia a pensar sobre los alcances del tema.

5. Llame a la audiencia a comenzar o a renovar su compromiso con Dios.
Una ilustración es una historia o una anécdota que apoya o desarrolla una idea. Incluye el uso de símiles, metáforas, analogías, alegorías, ejemplos, poemas, y testimonios, entre otros recursos.
Una buena ilustración es tan clara que no necesita mayor explicación. Si una ilustración es muy compleja, no tiene utilidad alguna. No emplee ilustraciones que hablen de asuntos técnicos, tales como la electricidad o la medicina. Una buena ilustración debe aclarar una idea; una mala ilustración confunde, aburre o distrae.


Ejercicios

El ejercicio # 8

Le pide que emplee su imaginación para escribir una historia o una anécdota que pueda ilustrar su sermón.

Ejercicio # 8
La ilustración del sermón.

Todo sermón debe tener, por lo menos, una anécdota o una historia que ilustre, aclare o ejemplifique su mensaje. Existen muchos libros que recogen cientos de ilustraciones para sermones.

En el pasado, era común usar escenas de la literatura universal como ilustraciones para sermones. Sin embargo, es difícil hacerlo en la actualidad sin darle al predicador un aire de superioridad, pues la mayor parte de la gente no conoce las novelas y las obras de teatro a las cuales se hace referencia.

Las películas de cine y los programas de televisión son una nueva fuente de ilustraciones para la predicación. Sin embargo, es necesario evitar referencias a estos productos culturales si con ellos se corre el riesgo de distraer a la audiencia.

Tomando en cuenta estas advertencias, proceda a escribir una historia o anécdota que pueda ilustrar el sermón que está preparando sobre el texto estudiado en el ejercicio #5.


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